Bela Lugosi: el actor al que Drácula volvió adicto al alcohol y la metadona.

Bela Lugosi, en el papel de Drácula, la película que le encumbró. Bela Lugosi: el actor al que Drácula volvió adicto al alcohol y la metadona y que fue enterrado con el traje de su personaje LUIS FERNANDO ROMO Su lugar de nacimiento ya fue una premonición. Cuando Béla Ferenc Dezso Blaskó, conocido artísticamente como Bela Lugosi, llegó al mundo en una localidad cercana a Transilvania, cuna de la leyenda de Drácula, no se podía imaginar que el personaje creado por Bram Stoker le catapultaría como una de las grandes estrellas del cine de terror. Con motivo del 90 aniversario de la película, se acaba de publicar un libro homenaje titulado Drácula (Ed. Notorious) donde se desvelan las curiosidades y anécdotas más relevantes del personaje y de la persona. Tras quedar huérfano de padre con 12 años tuvo que caminar 500 kilómetros desde Hungría a Rumania para trabajar en una mina de carbón. Cuando pudo regresar consiguió representar con éxito obras shakespereanas. Esa pasión quedó truncada al luchar durante la I Guerra Mundial, donde su espalda quedó tan dañada que ese fue el comienzo de su adicción a los medicamentos. Psicológicamente también quedó tocado. Tras emigrar a Estados Unidos, en Broadway alcanzó un gran éxito en 1927 en el papel de Drácula que, finalmente, pudo interpretar en el cine cuando la Universal le pagaron 3.500 dólares. Como no entendía bien el inglés, los productores se aprovecharon al no otorgarle ningún beneficio del merchandising. Los estudios se especializaron en el género del terror, encumbrando poco después a Boris Karloff como el inolvidable Frankenstein, papel que fue rechazado por Lugosi. Su interpretación vampiresca le convirtió en una estrella tremendamente deseada por infinidad de mujeres que deseaban acostarse con él para sentir sus mordiscos y ser seducidas por su mirada hipnótica.
Junto a Helen Chandler, la protagonista femenina del filme. En su vida amorosa fue tremendamente desgraciado porque ninguno de sus cinco matrimonios llegó a buen puerto porque tenía un carácter colérico, era celoso y trataba a sus esposas como si fueran sirvientas. Al menos, con su cuarta esposa tuvo a su único hijo en 1938 a los 58 años, Bela Jr. Pero su nacimiento quedó oscurecido, ya que por aquel entonces la situación económica del actor empezaba a ser tan precaria que pidió dinero para pagar las facturas del hospital. Al no poder devolver el préstamo el banco les desahució. Toda esa rocambolesca situación, añadida a su descenso en el escalafón estelar, provocaron que fuera tremendamente adicto a la metadona, la morfina, el alcohol y otro tipo de fármacos. Y como Hollywood le dio la espalda, su espiral de autodestrucción aumentó hasta el punto de que en 1955 Bela Lugosi fue la primera gran estrella en confesar públicamente su adicción e ingresar en un centro de desintoxicación que, anónimamente, en alguna ocasión pagó Frank Sinatra. El cantante de los ojos azules fue un gran admirador del actor, aunque nunca llegaron a conocerse. Más en El Mundo El intérprete no tuvo ningún reparo en mostrar a la prensa sus piernas repletas de pinchazos y de confesar que se comía los pijamas y que su cuerpo cambiaba bruscamente de temperatura cuando se drogaba. Relegado a un mero recuerdo, Lugosi intentó sobrevivir con papelitos en series B y en acontecimientos para fans. Pero aquello no era suficiente. Prácticamente sin trabajo, arruinado y convertido en un anciano débil y amargado, falleció en 1956 a los 73 años de un infarto mientras dormía en su minúsculo apartamento alquilado. El casero y su última esposa escondieron todas las botellas de licor que había en la cama antes de que se llevaran el cuerpo. Fue enterrado vestido con el disfraz de Drácula. Desde entonces, cualquier tipo de memorabilia relacionado con Lugosi es muy codiciado por los coleccionistas.

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