Hace 106 años, el último zar y su familia inmediata fueron asesinados.

- No hay evidencia que sugiera que los Romanov reaccionaron con nada más que docilidad. Llevando al zarevitch en sus brazos, Nicolás llevó a la familia y a los cuatro sirvientes: el médico de familia Eugene Botkin, la criada Anna Demidova, el chef Ivan Kharitonov y el lacayo Alexei Trupp hasta el sótano. Reunidos en una pequeña habitación desnuda, todavía parecían ajenos a su destino. Las sillas fueron a buscar para Alexandra y Alexei mientras las otras se levantaban.

Yurovsky se acercó a ellos, con los verdugos detrás de él en la puerta, y leyó de una declaración preparada a los prisioneros asombrados: "El presidium del Soviet Regional, cumpliendo la voluntad de la Revolución, ha decretado que el ex zar Nicolás Romanov, culpable de innumerables crímenes sangrientos contra el pueblo, debería que te disparen. Cuando terminó, comenzaron a disparar a la familia. Las cuentas son contradictorias, pero la mayoría dice que el zar fue el objetivo principal, y que murió de varios disparos. La zarina murió de una bala en la cabeza.

—Mientras la habitación se llenaba de humo de pistola, la disciplina entre los asesinos desapareció. Las chicas parecían ilesas por las balas, que habían rebotado en sus cuerpos (más tarde se descubrió que las joyas de diamantes cosidas en su ropa habían actuado como una armadura durante el asalto inicial). Uno de los asesinos, un borracho llamado Ermakov, perdió todo el control y comenzó a atacar a los Romanovs con una bayoneta. Finalmente, después de 20 minutos llenos de horror, toda la familia y sus sirvientes murieron: disparos, apuñalados y golpeados.

 

—Los 11 cuerpos fueron sacados de la casa y cargados en un camión. La eliminación de los restos fue caótica. Los estudiosos creen que los cuerpos fueron arrojados primero en una mina poco profunda llamada Ganina Yama, que los bolcheviques trataron de colapsar con granadas. El eje permaneció intacto, por lo que los cuerpos fueron retirados apresuradamente. En el camino al nuevo cementerio, el camión quedó atrapado en el barro, y dos cuerpos —ahora se cree que son Alexei y María— fueron retirados y eliminados en el bosque. Los otros nueve cuerpos fueron quemados, rociados con ácido y enterrados en una tumba separada no muy lejos.

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