Esta postura ha
hecho impopulares a los arquitectos del patrimonio, dijo, pero son
quienes protegen contra lo que él llamó “una Francia fea”.
Lert,
el alcalde adjunto que impulsa las adaptaciones al cambio climático,
dijo que la oficina bloqueó o restringió un tercio de los proyectos
propuestos para proteger los edificios de las olas de calor en la
ciudad. Hébert dijo que era exagerado, pero que la oficina no dispone de
estadísticas al respecto.
El
problema, señalaron varios expertos, es que aislar por dentro no
siempre es factible, ni es la forma más eficaz de combatir el calor
radiante de los techos tostados por el sol. Y, según Lert, las
deliberaciones caso por caso sobre los proyectos de los arquitectos del
patrimonio son demasiado lentas, dado el ritmo del cambio climático en
Europa, que, según advierten los científicos, se calienta más deprisa
que la media mundial.
En 2019, París registró una nueva máxima de 42,6 Celsius, y las autoridades de la ciudad han empezado a prepararse para cuando pueda alcanzar los 50 grados.
“Se
trata de una emergencia. Es un gran problema de salud”, dijo Lert, y
señaló un estudio reciente sobre la mortífera ola de calor de 2003, que
reveló que vivir directamente bajo los tejados multiplicaba por más de
cuatro el riesgo de muerte.
“No se trata de afear París”, dijo Lert. “Se trata de proteger la salud de sus habitantes”.
Los
techos son relativamente nuevos en la ciudad. Antes de la década de
1850, muchos edificios de París tenían tejados a dos aguas cubiertos de
pizarra y tejas de arcilla, según Julien Bigorgne, ingeniero
especializado en adaptación al cambio climático.
Una
mujer cierra las ventanas de un apartamento en el último piso de un
edificio de la Île Saint-Louis, en el centro de París, que tiene un
tejado de zinc y pizarra.Credit...James Hill para The New York Times
El emperador Napoleón III
ordenó una gran renovación de la ciudad supervisada por su poderoso
prefecto, Georges Eugène Haussmann. Los laberintos medievales fueron
sustituidos por grandes bulevares flanqueados por uniformes edificios de
apartamentos de seis plantas que dan al París moderno su aspecto
característico.
El zinc, relativamente barato, ligero y maleable, era el material de cubierta perfecto, capaz de plegarse en forma de mansarda, que ofrecía espacio para pequeñas habitaciones y sin aislamiento en la parte superior, explicó Bigorgne.
“Siempre eran incómodas, pero eso no se consideraba un problema”, dijo. “Allí vivían sirvientes”.
Pero desde la década de 1970, esas habitaciones de servicio, conocidas como chambres de bonnes,
se han convertido cada vez más en apartamentos con techos de catedral y
claraboyas, lo que ha empeorado el problema del calor, dijo Bigorgne.
Sin vecinos en el piso de arriba, y con vistas a toda la ciudad, se convirtieron en propiedades preciadas.
Hasta
que llegan las olas de calor, cuando la temperatura bajo esos techos
puede superar los 40 grados Celsius y mantenerse alta durante la noche.
Los
residentes describen estrategias como sumergirse en baños fríos, comer
solo alimentos crudos para evitar usar la estufa, o simplemente escapar a
algún lugar más fresco. Pocos tienen aparatos de aire acondicionado,
poco comunes en París y objeto de muchas discordias.
Las noches son
las peores, dijo Julien Mellul, desde su apartamento en el último piso
del distrito 17. Durante una ola de calor a principios de julio, un
termómetro interior situado junto a la puerta de su casa no bajó de los
30 grados hasta pasadas las 5 a. m.
“Por
eso es tan miserable, porque nunca puedes refrescarte”, dijo Mellul, de
44 años, quien dirige una empresa de gestión informática.
Julien Mellul en su apartamento del último piso del distrito 17 de París, en agosto.Credit...James Hill para The New York Times
No cabe duda de
que los techos son un tesoro para muchos parisinos amantes de la
belleza. En diciembre, la profesión de techador de zinc fue nombrada
patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO. Pero incluso el presidente
del sindicato que agrupa a los techadores, Edouard Bastien, dijo que
hay que hacer algo, y afirmó que los trabajadores ya se han adaptado al
añadir aislamiento bajo los tejados durante las renovaciones rutinarias.
“No somos dogmáticos”, dijo. “La cuestión que deben resolver los legisladores es qué es posible hacer”.
Una solución
propuesta se encuentra en lo alto del antiguo ayuntamiento, en el centro
de la ciudad: una cubierta de madera forrada de macetas en las que
brotan fresas, tomillo, romero y lavanda. Es obra de Roofscapes, una
empresa creada en 2020 por tres estudiantes franceses de arquitectura
del MIT.
Han colocado sensores
térmicos bajo los techos de zinc, y bajo su entarimado de madera que da
sombra. Un día en que París alcanzó los 35 grados Celsius, la
temperatura bajo la cubierta de madera era de 30, mientras que bajo el
zinc expuesto era de 47.
La idea también ofrece algo poco frecuente en París, espacios verdes para pasar el rato.
“Tenemos
la oportunidad, con todas estas superficies intactas, de hacer algo que
es prácticamente imposible en cualquier otro lugar de una ciudad como
París”, dijo Eytan Levi, cofundador de Roofscapes. “Hay una nueva forma
de vivir”.
Eytan
Levi, arquitecto y cofundador de Roofscapes, sentado en un jardín de
azotea diseñado para dar sombra sobre tejados de zinc.Credit...James Hill para The New York Times
Este verano, unos legisladores de izquierda propusieron una ley para
incluir las cuestiones de salud y la comodidad de las viviendas en la
misión de los arquitectos del patrimonio del país, y para que sus
dictámenes sobre las propuestas de protección solar dejaran de ser
vinculantes. Se ha enviado a comisión.
La ciudad ha
lanzado una convocatoria internacional para encontrar soluciones
innovadoras al problema de los techos, y la oficina de arquitectos del
patrimonio participa en el programa experimental.
Bigorgne,
el ingeniero de adaptación, dice que si no se permite a la gente
cambiar los tejados desde fuera, presionarán para instalar aire
acondicionado. Y eso podría causar otra serie de problemas
patrimoniales, con conductos de ventilación que salieran de las fachadas
o los tejados.
“Tenemos que decirlo
con sinceridad”, dijo. “Debemos entender las consecuencias, porque en
esencia, la gente no puede vivir bajo esos techos a menos que hayamos
puesto soluciones”.
Edificios
con tejados de zinc se ven a lo lejos mientras unos corredores suben
por unas empinadas escaleras cerca del Sacré-Coeur.Credit...James Hill para The New York Times
Referencia:
https://www.nytimes.com/es/2025/09/16/espanol/mundo/paris-calor-techos-zinc.html
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