Este pez lleva vivo más de 400 millones de años.
Este pez lleva vivo más de 400 millones de años
Midjourney/Sarah Romero
Un sobreviviente extraordinario ha desafiado la marcha implacable de la evolución. Su historia arranca en el período Devónico, una época a la que a menudo se hace referencia como la "Era de los Peces", cuando los primeros vertebrados se diversificaban en las innumerables formas que podemos ver hoy día. Marca un capítulo fascinante en la historia de la Tierra, que abarca desde hace unos 419 a 359 millones de años dentro de la Era Paleozoica, testigo de extraordinarios avances evolutivos y transformaciones ecológicas.
Este pez lleva vivo más de 400 millones de años
'Fósil viviente'
Dentro de este engranaje de diversificación de los peces, que dominaron las aguas y comenzaron a dar forma al paisaje de nuestro planeta, encontramos a nuestro protagonista. Se trata del celacanto, apodado 'fósil viviente' por su permanencia en las aguas desde hace millones de años. Si no has oído hablar de él, no se trata de un pez muy atractivo visualmente, pero pertenece a un grupo de peces de aletas lobuladas, que se caracterizan por medir hasta dos metros de largo y por sus distintivas aletas pareadas, que se cree que son los precursores evolutivos de las extremidades de los vertebrados terrestres. Realmente tienen un gran parecido con los huesos de nuestros brazos actuales.
En este período de la historia de la vida en la Tierra, también aparecieron los primeros arrecifes de coral, que proporcionaron hábitats complejos para la vida marina y contribuyeron a la biodiversidad de los océanos. Una época de grandes cambios.
Un hallazgo inesperado
Durante la era de los dinosaurios, los celacantos vivieron una etapa de gran esplendor, creciendo en una enorme variedad de especies, pero no tan resistente como para hacer frente al impacto del famoso asteroide Chicxulub hace unos 66 millones de años durante el período Cretácico. Estos peces desaparecieron incluso del registro fósil. O eso se creía hasta que en 1938, un grupo de pescadores sudafricanos extrajo un pez de las profundidades del océano que resultó ser un celacanto vivo y que respiraba. Precisamente, fue el momento en el que se acuñó el apodo de “fósil viviente”.
El hallazgo de un curioso pez de aleta azul de una especie que se creía extinta hace millones de años, fue igual de parecido a toparse con un dinosaurio vivo. En aquel momento, los científicos estaban ansiosos por estudiarlo, con la esperanza de que proporcionara información sobre la transición evolutiva del mar a la tierra.
John Long sostiene un espécimen fósil
Universidad de Flinders
¿Sigue tratándose de un fósil viviente?
Ahora, un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Flinders y expertos de Canadá, Australia y Europa, de un fósil hallado de la Formación Gogo en Australia Occidental, llamado Ngamugawi wirngarri, ayuda a cerrar el período de transición en la historia del celacanto, entre las formas más primitivas y otras formas más "anatómicamente modernas".
"Nuestros análisis descubrieron que la actividad de las placas tectónicas tuvo una profunda influencia en las tasas de evolución de los celacantos. Es decir, que era más probable que nuevas especies de celacanto evolucionaran durante períodos de mayor actividad tectónica a medida que se dividían y creaban nuevos hábitats", afirman los científicos en su trabajo publicado en la revista Nature Communications.
Los orígenes antiguos de los celacantos
Universidad de Flinders
Sigue evolucionando
El análisis examinó una nueva especie de celacanto, Ngamugawi wirngarri, cuyos huesos del cráneo después fueron grabados con ácido en la roca en el Museo Victoria. “Nuestros análisis encontraron que la actividad de las placas tectónicas tuvo una profunda influencia en las tasas de evolución del celacanto. Es más probable que nuevas especies de celacanto evolucionen durante períodos de mayor actividad tectónica, a medida que se dividían y creaban nuevos hábitats”, aclaran los expertos.
Aunque la evolución de los celacantos se ha ralentizado drásticamente desde la era de los dinosaurios, lo cierto es que no son entidades estáticas fosilizadas en el tiempo, sino que han seguido evolucionando. Esta nueva prueba desafía la idea de que los celacantos supervivientes sean los “fósiles vivientes” más antiguos al mostrar una clara evolución y colocando a Ngamugawi wirngarri en el celacanto devónico más conocido del mundo.
Hoy en día, el celacanto es un pez de aguas profundas que vive en las costas del este de África e Indonesia y, debido a sus huesos robustos en sus aletas, se considera que están más estrechamente relacionados con los peces pulmonados y los tetrápodos que con la mayoría de los peces. Y, como vemos, no han permanecido inalterados durante millones de años, sino que han evolucionado y se han adaptado a sus entornos de aguas profundas, demostrando resiliencia y adaptabilidad.
El estudio confirma que la Formación Gogo del Devónico tardío es uno de los conjuntos de peces e invertebrados fósiles más ricos y mejor conservados de la Tierra.
Midjourney/Sarah Romero
Referencias:
Clement, A.M., Cloutier, R., Lee, M.S.Y. et al. A Late Devonian coelacanth reconfigures actinistian phylogeny, disparity, and evolutionary dynamics. Nat Commun 15, 7529 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-51238-4
Robinson, M., & Amemiya, C. (2014). Coelacanths. Current Biology, 24, R62-R63. https://doi.org/10.1016/j.cub.2013.10.027.
Zardoya, R., & Meyer, A. (1997). The complete DNA sequence of the mitochondrial genome of a "living fossil," the coelacanth (Latimeria chalumnae).. Genetics, 146 3, 995-1010 .
The earliest evidence of deep-sea vertebrates Andrea Baucon https://orcid.org/0000-0001-8207-4860 andrea@tracemaker.com, Annalisa Ferretti https://orcid.org/0000-0002-1173-8778, Chiara Fioroni https://orcid.org/0000-0003-1274-7067, +12 , and Imants Priede https://orcid.org/0000-0002-5064-9751Authors Info & Affiliations
Edited by Neil Shubin, The University of Chicago, Chicago, IL; received April 16, 2023; accepted July 25, 2023 September 5, 2023 120 (37) e2306164120 Earth, Atmospheric and planetary sciences DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.2306164120
Enlace:
https://www.muyinteresante.com/ciencia/66128.html
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